La espiritualidad es un aspecto esencial del ser humano. Es llevar una vida interior, algo que no es mente y cuerpo sino espíritu. No se trata de religión, es un proceso donde las personas buscan la trascendencia, un viaje al interior.
No todas las personas son conscientes del bienestar que una casa ordenada produce en nuestra vida y mente. Sin embargo la japonesa Marie Kondo lo tiene muy claro por eso se ha convertido en un fenómeno superventas gracias a su revolucionario y eficaz sistema para mantener ese orden de forma definitiva.
  La felicidad es un estado que todos los seres humanos desean; y existen momentos en la vida que sabes que quieres cambiar, ir a algún lado, hacer algo importante. Sin embargo, en algunas ocasiones el inconsciente te juega una mala pasada y terminas boicoteando tus deseos.
  Es curioso que la mayoría de las religiones parecieran repetir siempre las mismas bases: la eternidad, la unidad, la trascendencia… todo ello mediante prácticas que purifican a la persona y la liberan de las ataduras que empañan el espíritu.
  Cuando leí la historia bíblica de José, un patriarca israelita, me pregunté si yo era capaz de dar semejante amor y de perdonar a mis hermanos. Es una de las historias más emocionantes de la Biblia. José se nos presenta como el hijo más amado de su padre, el hermano más odiado por sus hermanos, y como el mejor hermano de todos los siglos.
  ¿Quién no ha silbado alguna vez la pegadiza sintonía de Verano Azul?, la exitosa serie televisiva que relató las aventuras de verano de varios amigos en una localidad andaluza. Hablar del verano implica la llegada del buen tiempo, las noches con amigos en las terrazas, disfrutar de la naturaleza, aventuras, alegrías, el Sol y comenzar a pensar en las vacaciones.
  ”Vi un cielo nuevo y una tierra nueva“. Me acuerdo de este versículo de la Biblia cuando alguna circunstancia o desafío de la vida cotidiana parece agobiarme, sin aparente solución. Pero, ¡qué alegría salir airosa de ellos! Es como vivir en ese ”cielo nuevo y tierra nueva” que menciona el autor del Apocalipsis.
  Cada año tenemos dos Solsticios el de Verano en Junio y el de Invierno en Diciembre. El nombre de Solsticio, deriva del latín que significa 'Sol quieto' o 'Sol detenido'. Precisamente 'Solsticio' significa "el Sol se detiene". Durante los Solsticios, el Sol parece detener su marcha. En el día del Equinoccio el Sol llega a su punto más alto con respecto al Ecuador y los rayos solares caen perpendiculares sobre el Trópico de Cáncer.