8 consejos para una buena digestión y un adecuado tránsito intestinal

 

Todos tenemos nuestras manías o gustos, que no quiere decir que sean los más adecuados o saludables. Comer en exceso, demasiado rápido, estresados o abusar de alimentos con un gran contenido graso pueden ser las causas de indigestión y estreñimiento.  En nuestro programa Del Huerto a la Mesa, el Chef Yogui, Mariano Garcés, creador de la cocina energética, te da las mejores recomendaciones para tener una comida rica, sana y equilibrada que permita un buen tránsito intestinal.

Disfrutar de una buena comida requiere también ‘comer con el cerebro‘, es decir, hacerlo con calma y conociendo algunos pequeños consejos:

 

1.- Come con calma

Puede que el consejo te parezca algo absurdo. ¿Qué relación tiene el comer despacio con poder adelgazar? Es muy sencillo, toma nota:

El efecto saciante llega al organismo a los 20 minutos de haber empezado a comer. Es entonces cuando el cerebro segrega una hormona que le ofrece al estómago esa sensación de ‘estar lleno’, de ‘sentirse saciado’.

Si te alimentas apurado esto se va a traducir en tener que comer mucha más cantidad de alimento, cometer excesos y obligar al organismo a tener que realizar una digestión más larga y pesada.

El secreto está ante todo en masticar despacio, porque aunque suene extraño la digestión empieza en la boca y no en el estómago

Es en la boca donde se produce saliva, un alcalino esencial que ayuda a que el alimento se disuelva y se procese mucho mejor.

Mientras masticas con calma, disfrutas mucho más de los sabores, degustas los alimentos con placer, y además, le das información al páncreas y la vesícula biliar  que van a llegar alimentos al organismo.

Es el momento de liberar bilis y otros químicos para llevar a cabo una adecuada digestión.

 

 

2.- ¿Agua? Mejor antes o después de las comidas

Tranquilo, no pasa nada si acompañas esa estupenda cena con un vaso pequeño de vino. Potencias el sabor de los alimentos y obtienes muchos antioxidantes saludables para el organismo.

No obstante, es recomendable saber que es mejor beber agua antes o después de las comidas. ¿Por qué razón?

Los líquidos, por lo general, obstaculizan la salivación de los alimentos.

Lo más adecuado es consumir ese vaso de agua antes o después, ya que de ese modo favoreces la salivación.

Es por ello por lo que las sopas, por ejemplo, se consumen siempre como primeros platos.

 

3.- Los beneficios de los alimentos crudos

No te asustes, no te recomendaremos que consumas pollo o pescado crudo. No obstante, sí  será muy adecuado para tu digestión consumir verduras crudas.

Hay muchos alimentos que al pasar por los procesos de cocción pierden muchas de sus proteínas y esas enzimas tan importantes son las que ayudan a poder digerirlos mejor.

Así pues, siempre que te sea posible, consume las siguientes hortalizas en forma cruda, aunque sea en pequeñas cantidades

  • Cebolla
  • Pimiento
  • Ajo
  • Brócoli
  • Col rizada
  • Repollo
  • Espinacas
  • Endivias
  • Lechugas
  • Apio
  • Zanahoria

 

 

4.- Sí a los alimentos fermentados

Es interesante saber que cada país tiene sus propios alimentos fermentados más típicos, tenemos el miso, el kéfir y distintos tipos de yogures que puedes encontrar fácilmente en tu supermercado.

Es recomendable consumirlos cada día en tus desayunos. Tu tránsito intestinal y sistema inmunológico lo van a agradecer.

 

 

5.- Sí a los alimentos integrales

La avena, el arroz integral, el pan de granos enteros son claves esenciales no solo para disfrutar de una buena digestión, sino también para cuidar de tu salud general (no así los elaborados con harinas refinadas).

Puede que te cueste masticar un poco más ese pan de centeno, o que con esa harina integral tus postres y dulces tengan un sabor algo diferente, pero tu estómago se sentirá mejor y lo va a notar, además, dispondrás de múltiples vitaminas y minerales. Vale la pena el esfuerzo.

 

 

6.- ¿Alimentos artificiales o muy procesados? Te gustan, pero mejor con moderación

Con alimentos artificiales hablamos de refrescos con gas, a esas bebidas de colores y sabores espectaculares, a la comida preparada, y también a los carbohidratos procesados como las patatas fritas.

No pasa nada si te das un capricho de vez en cuando, pero ten muy en cuenta que estos alimentos no se digieren bien e inflaman los intestinos.

 

 

7.- Gestiona a ese temible enemigo… ¡Tu estrés!

Si hay un claro enemigo para disfrutar de una buena digestión es el estrés. Debes saber que el aparato digestivo está controlado tanto por el sistema nervioso como por algunas hormonas cerebrales.

De ahí que cualquier problema o alteración que ocasione, hace que se libere cortisol en la sangre, que hará que cambien muchas de las funciones básicas.

Aparece la inflamación, se altera el nivel del ácido del estómago hasta el punto de favorecer la aparición de úlceras… Debes evitarlo y aprender a gestionar el estrés día a día:

  • Busca tiempo para ti y priorízate un poco más.
  • Sal a caminar al aire libre, haz natación, yoga
  • Tómate la vida con más calma y cultiva tu bienestar interior. Todo ello se traduce en tu salud física y emocional y, por supuesto… en una mejor digestión.

 

 

8.- El estreñimiento, resultado de una mala alimentación

Cada vez más personas sufren de estreñimiento, un trastorno que en muchos casos puede evitarse cambiando la dieta y algunos hábitos.

El estreñimiento que afecta de forma puntual a muchas personas suele ser provocado por alteraciones en el ritmo normal de vida, como viajes, situaciones de estrés, cambios en la dieta… Pero cuando dura más de la cuenta es importante indagar la causa.

Las más frecuentes son una dieta pobre en fibra y rica en alimentos refinados, una ingesta insuficiente de líquidos, la inactividad física, descensos en cama prolongados, el embarazo, edad avanzada…

Aliados Anti-estreñimiento

Aunque es conveniente estudiar cada situación de forma individualizado, existen una serie de pautas dietéticas que pueden ser útiles en muchos casos:

Zumos de fruta ácida: Como limón, naranja, manzana o ciruelas pasas puestas a remojo la noche anterior. Es preferible tomarlos en ayunas.

Frutos secos en el desayuno: En cantidades moderadas. Por ejemplo: avellanas o almendras sin piel con un yogur de soja natural. Es importante procurar masticarlos bien.

Vegetales en las comidas: De ser posible crudos o al vapor (ensaladas, hortalizas, verduras…). Una dieta rica en carne produce menos residuos.

Fruta desecada: A media tarde se puede tomar fruta dulce con moderación: copos da avena y pasas u orejones cocidos en leche de almendras.

Cereales integrales: en el desayuno, comida y merienda. Son más nutritivos y favorecen el tránsito intestinal.

Aceite de oliva: Tomado en ayunas tiene un efecto lubricante en el intestino.

Líquidos entre comidas: Cuando ya se haya hecho la digestión es aconsejable beber agua o zumos de fruta, preferentemente de la temporada.

 

 

⇒ Con información de Mejor con Salud y Marnys

 

 

Denisse Espinoza