Calma tu interior, quédate en silencio un momento al día y acoge buenos pensamientos

 

Paseo diariamente a mi perra por la montaña. Vista indescriptible, abundante vegetación, cielo colorido del atardecer. Esto es lo que experimento. Me siento en una roca y por unos instantes quedo inmersa en el silencio. No se trata solo de un silencio del entorno, sino de una calma interior que me capacita a sentir lo más sublime.

La elevación del pensamiento hacia lo espiritual lleva a uno a descubrir ese silencio que acalla la mente y acoge buenos pensamientos. De esta forma uno puede extraerse del mundo externo y entrar en su interior a través de un cauce sanador que conduce a algo muy profundo. En esa quietud, te conectas con lo sagrado, donde es posible encontrar respuestas a tus inquietudes.

Desde ahí se experimenta el Amor, que muestra el camino a seguir y que dulcemente susurra bellas palabras al corazón y a los corazones necesitados. Eso es una oración, pues orar es escuchar y estar receptivo a mensajes divinos.

Lo cotidiano nos contamina de lo material y de muchos ruidos que intentan alejar a uno del verdadero significado de la vida. Por lo tanto, el silencio abre la puerta a un buen camino. Pero algunas personas le temen porque lo asocian con la soledad o con un vacío interno, sin reconocer que pueden experimentar un amor que envuelve a uno por completo.

Esa soledad envuelta de amor trae muchos beneficios a la salud. Practicarla posibilita a uno sanar desequilibrios, mejorar la concentración y evitar el estrés.

Los médicos valorizan el silencio como herramienta para tener una buena salud. Estudios demuestran que el bullicio perjudica el bienestar, como lo explica Alejandro Koppmann, jefe de la Unidad de Psiquiatría de Clínica Alemana de Santiago de Chile.

Por eso la importancia de encontrarse con la profundidad del silencio para lograr la paz innata y obtener una renovación interior. Así se puede empezar una oración, con el silencio mental que lleva a uno a depositar su esperanza en lo espiritual y a entrar en sintonía con la Mente divina.

El Amor habla a la consciencia y te sana porque te conecta con lo que eres, con tu verdadera esencia espiritual, a esa unidad profunda e inquebrantable con el Alma.

¿Te animas a ahondar en el silencio?