¡Abrázalos!, los árboles recargan tu energía vital

 

Cuando caminas entre los árboles, en un parque o un bosque, puedes sentir la energía que desprenden. Los celtas creían que cada árbol poseía un espíritu sabio y que sus rostros podían verse en la corteza de sus troncos y sus voces escucharse en el sonido de las hojas moviéndose con el viento.

Los árboles te ayudan a establecer contacto con el poder de la naturaleza, te dan herramientas para sanar, relajar, fortalecer y cargarte de energía vital, además son los portadores de los mensajes de la Madre Tierra.

La ciencia ha mostrado que las plantas y los árboles reaccionan a los estados de ánimo y  poseen el suyo propio, así como memoria y espacio de reconocimiento.

Ahora se está conociendo la capacidad que poseen de beneficiar a los seres humanos a través del flujo de su energía, la misma que se puede aprovechar con solo estar cerca de ellos, así como por medio del contacto físico.

Sentarse bajo un árbol o tocarlo por un rato, te ayudará a obtener parte de esa energía vitalizadora y curativa.

Volviendo a lo que pensaban antiguas civilizaciones, algunas creían que cada árbol poseía un tipo de energía específica. Por ejemplo, se pensaba que el pino fortalece el sistema respiratorio, el saúco beneficia el funcionamiento del hígado y del bazo, el tejo ayuda a calmar las molestias de carácter reumático.

Otros beneficios los da la encina que contribuye a la lucidez intelectual, el cerezo tiene su influencia sobre los órganos sexuales, el abedul ayuda a superar estados depresivos y de decaimiento anímico, o el castaño que aporta serenidad, pero más allá de clasificar cada árbol y sus beneficios específicos, la realidad es que el organismo, y por ende la mente, se ven altamente favorecidos si estableces contacto con los árboles, aumentando la vitalidad y salud gracias a ellos.

Todo ser vivo es energía, y al igual que los humanos, los árboles tienen la suya, muchas veces entras en sintonía y sientes como fluye expresando una sensación de bienestar, tranquilidad, serenidad, etc.


¿Cómo captar la energía de los árboles
?

La energía que emanan los árboles al igual que las personas es invisible al ojo físico, es lo que se conoce como aura, muy perceptible sensitivamente. Benefíciate de sus efectos, existen dos formas de captarlos:

 

  • A través de la emanación áurica del árbol 

Su extensión es más o menos grande según las características de cada árbol y su situación ambiental. Bastará penetrar en su radio de acción. Este tipo de energía se absorbe con el simple hecho de pasear por un bosque, conscientemente podemos aumentar su captación regulando la respiración a un ritmo tranquilo y algo profundo.

En la práctica, esto lo podemos hacer:

1.- Camina entre los árboles y escoge alguno que te llame la atención.

2.- Acércate a él, obsérvalo y capta su energía, no trates de analizarlo mentalmente o de establecer un vínculo emocional. Solo nota su tono vibratorio.

3.- Tócalo al mismo tiempo que cierras los ojos, con tu mano izquierda. Reconoce su fuerza y su influencia en el entorno. Observa si es un árbol solitario o un pastor de árboles que tiene influencia sobre el colectivo. Capta si su energía es curativa, protectora, amorosa, si es sabia,  imponente en todo ese territorio o de cualquier otro tipo. Acepta esa energía y pregúntate si deseas recargarte con esa fuerza.

4.- Establece contacto con la energía del árbol mediante tu corazón energético. Vacía tu ruido interno, fluye en el amor y escucha al árbol.

Capta su espíritu. Preséntate con tu nombre y entra en un espacio donde la comunicación es energética y no sonora. Puedes pedir consejo sobre cualquier situación que necesites, cargarte de energía, relajarte o aceptar su sabiduría.

5.- Escúchala en tu corazón, da las gracias, levántate y despídete poniendo tu mano derecha sobre su tronco.

 

  • En contacto directo con el árbol 

 

Utilizando las manos:

A través de ellas puedes realizar una captación más consciente, son una zona muy sensible a la emisión y captación vibratoria ya que en la palma existen varios puntos de entrada y salida de energía. La posición más conveniente es la de seguir las grietas o fisuras de la corteza en el sentido que las presenta el árbol.

Utilizando la espalda:

La parte central de la espalda, recorriendo la columna vertebral, se encuentra el canal energético principal del cuerpo y apoyando esta zona en el tronco del árbol se absorbe la energía que emana.

Desde la antigüedad ya se sabe que cada árbol alberga un espíritu que le confiere una fuerza determinada, una energía que le da un poder genuino y exclusivo, según a la clase que pertenezca.

En ocasiones puedes buscar la fuerza del árbol para mitigar el dolor de una enfermedad, para superar las preocupaciones, o simplemente para conseguir alcanzar el equilibrio propio. Este intercambio energético no afecta negativamente al árbol, ya que las transmite a la Madre Tierra y  las transmuta completamente.

En las técnicas orientales, como el chi-kung, hay una postura que se llama ‘abrazar el árbol’. Esta posición estática alinea todos los huesos del modo más eficaz posible.

Buddha se iluminó bajo una higuera. Jesús estuvo en el monte de los olivos. A los cátaros les gustaban las acacias. Los Druidas preferían la fuerza masculina del roble para usar su sabiduría. Los jóvenes enamorados buscaban el tilo para confiar sus intimidades amorosas porque representaba el vigor de Venus.

De cualquier modo existen diferentes clases de árboles y es un ejercicio interesante conocer las diferentes energías que fluyen a través de ellos. Una buena forma de hacerlo es abrazándolos al mismo tiempo que nos hacemos uno con él.

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⇒ Fuente: Desconocida

 

Denisse Espinoza