6 claves para hacer el amor con el cuerpo y el corazón

 

Estudios, encuestas y opiniones de expertos revelan que una buena parte de la población no disfruta de una vida sexual plena y satisfactoria. En los últimos años las consultas de los sexólogos han aumentado su lista de pacientes, y eso que tan solo un 5% de quienes sufren algún problema sexual deciden consultarlo.

Hay muchas formas de practicarlo, ya sea por puro deseo físico o por ternura. Como forma de desahogo o de dar y recibir cariño. Con un desconocido o con la pareja de años.

Otras veces… ni siquiera se lo practica o se lo realiza de forma mecánica. Las prisas, la desidia y la rutina hacen que se deje a un lado la sensualidad. Sin embargo, hacer el amor con una persona a la que amas y a la que te unen lazos de confianza, atracción, afecto y complicidad conlleva muchos beneficios: reduce el estrés, produce bienestar físico y emocional, alimenta las ganas de vivir y de disfrutar y crea un vínculo aún más fuerte entre los dos. Se trata de hacer el amor de forma consciente.

¿Necesitas sugerencias para ponerlo en práctica? Aquí las tienes:

 

1.- Decide jugar

Eso significa que van a hacer el amor por puro placer. No debe ser un método para reconciliarse después de discutir, ni una tarea más con la que deben “cumplir”. Se trata sencillamente de celebrar su unión y disfrutar de la sexualidad.

Hagánlo con ganas y sin prisas. Fijen el día en el calendario y, si necesitan que crezca el deseo, practiquen la abstinencia durante varias noches anteriores.

 

2.- Crea un clima erótico y sensual

Una cena ligera y sin toxinas (traten de evitar el alcohol, el tabaco, la comida basura y cualquier tipo de drogas), la piel suave e hidratada, ropa interior nueva y sexy… La casa limpia y recogida, las sábanas recién cambiadas, velas encendidas, luces tenues, flores y perfume.

También, puede ser unas gotas de aceite esencial o una barrita de incienso con olor a jazmín, vainilla o sándalo. Si tienen bañera, sumérjanse juntos en el agua calentita y espolvoreada de un gel bien sensual.

 

3.- Conecta con tu pareja

Siéntense uno frente al otro, mírense a los ojos, tómense de la mano y respiren a la vez. Si les entra la risa, no pasa nada: ¡ríanse! No se lo tomen como algo trascendental. Están jugando.

Cuando se les pase el pudor, sigan mirándose y respirando al unísono. Este es un ejercicio muy poderoso que puede resultar mucho más íntimo que el acto sexual.

 

4.- Tómense su tiempo

Olviden por ahora la penetración, las rutinas de siempre, el ir directos a lo que ya saben que funciona. Imaginen que no se conocen y entréguense a las caricias y los abrazos. Descubran zonas erógenas que permanecían dormidas. Recréense en las sensaciones.

Si el hombre se excita demasiado debe parar y respirar desde el abdomen, lo más lentamente posible. Verá que de este modo el placer y la sensibilidad se extienden por todo su cuerpo, en lugar de concentrarse solo en los genitales.

 

5.- Despacito y saboreando…

Sigan disfrutando, practiquen el sexo oral y/o la penetración si lo desean. Pero siempre muy despacio, con mucha atención y siendo bien conscientes. Cambien los ritmos, experimenten, estén atentos a la respuesta del otro.

Se trata de que el placer se prolongue para máximo placer de los dos. Para ello, es mejor que la mujer se coloque encima durante la penetración. De ese modo, ella controla los movimientos y la intensidad, y el hombre puede relajarse y disfrutar.

De nuevo, si la eyaculación es inminente deténganse y respire, o presione en la zona del perineo.

 

6.- Entréguense

No es necesario que pongan un cronómetro ni se propongan batir récords. Tampoco que cada vez que practiquen el sexo repitan todo el ritual. Se trata de aprender a hacer el amor con el cuerpo y con el corazón, lejos del sexo rápido como puro desahogo físico. Esto es, en esencia, lo que conocemos como Tantra.

No consiste en posturas acrobáticas o misteriosos secretos para iniciados, sino en practicar la sexualidad de una forma consciente, fluyendo con el aquí y ahora, abriendo el corazón para que el placer deje de ser solo genital y se extienda por todo el cuerpo.

Esto produce una sensación de bienestar, paz y sobre todo conexión. Con los propios sentimientos, con su pareja y la conexión de ambos con la energía del amor.

 


 

⇒ Con información de About.com y Punto Vital

 

 

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Denisse Espinoza