Un proyecto convierte heces humanas en agua potable con el financiamiento de Bill Gates

 

El fundador de Microsoft está aprovechando su tiempo libre y su dinero desde que dejó la dirección operativa de la compañía para involucrarse en los más variados proyectos a través de la Fundación Bill y Melinda Gates. Siempre con vocación indiscutiblemente humanitaria.

Quizá no se hubiera metido en el lío si desde el principio hubiera sabido que acabaría bebiendo un vaso con agua, la cual cinco minutos antes era básicamente heces humana, pero Gates siguió adelante para demostrar que el sistema de Omniprocessor funciona a las mil maravillas.

El sistema es una planta de depuración y reciclaje de aguas de alcantarilla, creada por la compañía Janicki Bioenergy. Con el sistema Omniprocessor, los restos se hierven hasta separar los sólidos del vapor de agua. Los sólidos se queman para crear vapor y electricidad a partir de él, mientras que el vapor de agua pasa por un sistema de depuración para producir agua recién salida del grifo.

Lo mejor de todo es que la planta no solo puede producir suficiente energía para mantenerse a sí misma, sino que puede generar energía sobrante que también podría ser utilizada por la comunidad a la que esté dando apoyo todo el sistema.

Según Gates, al menos 2 000 millones de personas en todo el mundo no tiene acceso a condiciones higiénicas dignas y explica que el mal drenaje de las heces humanas hace que se contamine el suministro de agua potable de millones de personas que pudiese tener “consecuencias castróficas”. “Es tan buena como cualquier otra que haya bebido de una botella”, dice Gates en el video luego de tomar un vaso del agua recién procesada, agregando que la “bebería encantado todos los días”.


De momento, los planes de Gates pasan por llevar este mismo año una de estas plantas piloto a Senegal, como señala Engadget. La idea es poder ofrecer agua potable a regiones en las que no solo hay difícil acceso sino mala calidad del agua. Uno de esos trasnochados objetivos del milenio que no han llegado a cumplirse.

 

 

* Con información de El Comercio e Innovación Ticbeat

 

Denisse Espinoza