Existe un pensamiento constante para los emprendedores sociales: crear un impacto positivo en el planeta en el ámbito social, económico y ambiental, y simultáneamente adquirir sostenibilidad financiera por esta actividad. Para lograr estos dos objetivos se conjugan prácticas y estrategias de emprendimiento social y convencional; este modelo de hacer negocios ya es tendencia en el mundo y Ecuador no es la excepción.