El Inti Raymi, la milenaria y sagrada Fiesta del Sol de los pueblos andinos

 

Hoy –como cada 24 de Junio- se celebra el Inti Raymi en las altas cumbres de Los Andes, la sagrada Fiesta del Sol, milenaria celebración que constituye un colorido homenaje y agradecimiento a la Madre Tierra por las cosechas recibidas, por el Solsticio de Verano.

El Inty Raymi constituye el inicio del año para los pueblos andinos y es la principal fiesta del año. Por sus características equivale a la Navidad de las comunidades, una navidad que es también una fiesta espiritual, nutrida de gran riqueza simbólica.

Uno de los principales símbolos de esta celebración es la renovación de energías. En la cosmovisión indígena nada muere o se termina con una fatalidad; por el contrario, la vida es un continuo renacer, caminar en distintos ciclos, estar en uno y múltiples lugares… es por eso que la vida es un don que respetan con devoción absoluta.

Para los pueblos originaros el derecho a vivir la vida con plenitud es un derecho que todos los seres deben gozar y que no es propiedad exclusiva del ser humano, sino de todos los seres existentes: plantas, animales, ríos, estrellas, montañas, Wakas, Apachetas, insectos, divinidades… y todos y cada uno de los seres que están en el cosmos, sin exclusión.

Es por ello que el Inti Raymi al ser un nuevo comienzo tiene importancia fundamental para todo ser viviente, pues es cuando todo vuelve a nacer, y precisamente es ese sentido de renacer que invita a dejar todo lo pasado para volver a comenzar. No obstante, aquello no significa que se deba olvidar la historia ya que, al contrario, consideran que es de la historia pasada que se comenzará una nueva.

En definitiva, la fiesta y culto al Sol es un verdadero encuentro con la divinidad mayor, que protege y da vida a todos los seres vivientes, motivo por el cual se le ofrece todo lo mejor que se tiene, porque de él viene todo y a él debe volver.

De acuerdo a la cosmovisión andina, en el Inti Raymi el Inti regala nuevamente sus dones y sus rayos alimentan a todos de energía y vitalidad, alimentan los productos que vamos a comer, pero sobretodo alimentan la fuerza que hay en los corazones de todas las personas.

 

 

 

 

Denisse Espinoza