En los últimos 20 años, hemos sido testigos del florecimiento de personajes que afirman ser sanadores cuánticos, facilitadores de sustancias enteógenas o curanderos. Individuos de diferentes edades y procedencias, supuestos conocedores de métodos indígenas para sanar el cuerpo y el alma. Por lo que es fácil ser engañados o seducidos por sujetos carismáticos que dicen poseer poderes sobrenaturales y permisos ancestrales para ser curandero.