12 claves para ser más feliz en tu trabajo

 

Muchas personas no asocian felicidad con su trabajo, y el lunes no es un día que muchos anhelan. Pero se puede sobrellevar realizando una serie de acciones que harán que te sientas mucho mejor en el trabajo. Un estudio de Gallup en 2013 recogió datos de más de 180 millones de personas y reveló que solo el 13% de ellas se consideran «felizmente comprometidas con el trabajo».

Aquellos que dicen sentirse felices, están un 36% más motivados, cuentan con seis veces más energía y son el doble de productivos que sus compañeros infelices.

Ser infeliz en el trabajo no únicamente afecta tu sentido del humor, sino también tu productividad. Sigue estos consejos para aumentar tu motivación, disminuir el estrés y, finalmente, mejorar el desempeño de tu empresa.

 

1.- Recuerda que eres responsable de tu propia felicidad

Tiene dos opciones ante cualquier trabajo sin futuro: buscarse otro o sacarle el máximo partido al que ya tiene. De cualquier forma, usted y nadie más es responsable de su felicidad. Recuérdeselo a sí mismo cada vez que se sienta estancado.

 

2.- Ten pensamientos positivos

“Muchos de nuestros pensamientos negativos surgen de preocuparnos por situaciones que tal vez nunca ocurran”, afirma Thomas.

Aunque los emprendedores deben tener planes de contingencia, pensar constantemente en los peores escenarios puede provocarte estrés en el cuerpo, la mente y dejarte sin recursos que podrías usar de mejor manera.

La próxima vez que tengas un pensamiento negativo, analiza la situación y pregúntate si estás reaccionando ante algo real o imaginario.

Haz esto por algunas semanas y pronto notarás que estás creando un nuevo hábito que motivará la felicidad, no solo en el trabajo sino también en tu vida diaria.

 

3.- No te obsesiones por cosas que no puedes controlar

Es bueno saber en qué me­di­da los pro­ble­mas eco­nó­mi­cos de Gre­cia afec­ta­rán a los mer­ca­dos es­ta­dou­ni­den­se o que tu em­pre­sa pu­die­ra fu­sio­nar­se con su mayor com­pe­ti­dor, pero exis­te una gran di­fe­ren­cia entre co­no­cer estas gran­des fuer­zas y preo­cu­par­se por ellas.

Las per­so­nas fe­li­ces están pre­pa­ra­das e in­for­ma­das, pero no se per­mi­ten a sí mis­mos preo­cu­par­se por cosas que es­ca­pan a su con­trol.

 

4.- Ayuda a los demás

Ya sea involucrándote en actividades filantrópicas o ayudando a tu equipo a mejorar su trabajo, Thomas sugiere que la caridad es el secreto de la felicidad.

“La felicidad en el trabajo no se trata de lo que logras en solitario. No se trata de lo que te hace ver mejor, sino de hacer que todo tu equipo se desempeñe mejor”, afirma Thomas. 

Establece un programa de mentores donde los miembros más antiguos ayuden a los nuevos, o hacer que tu equipo forme parte de una actividad filantrópica o ambiental como recolectar ropa, juguetes, ó plantar árboles puede mejorar la felicidad de toda la oficina.

 

5.- No te compares con nadie

Si tus sen­ti­mien­tos de pla­cer y sa­tis­fac­ción se de­ri­van de com­pa­rar­te con los demás, ya no eres el amo de tu pro­pia fe­li­ci­dad.

Si te sientes bien por algo que has hecho, no permitas que la opi­nión o lo­gros aje­nos te arre­ba­ten el sen­ti­mien­to.

Aun­que sea im­po­si­ble des­co­nec­tar toda reac­ción a lo que los demás pien­sen, no tienes que com­pa­rar­te con nadie y siem­pre puedes re­ci­bir las opi­nio­nes aje­nas con cau­te­la. Así no im­por­ta­rá lo que los demás pien­sen o hagan, tu au­to­es­ti­ma pro­ce­de de den­tro.

Sin im­por­tar lo que cual­quie­ra pien­se de ti en cual­quier mo­men­to, algo está claro:  Nunca eres tan bueno o malo como dicen y no siempre le vas a caer bien a todo el mundo.

 

6.- Recompénsate a tí mismo

Es­for­zar­te en el tra­ba­jo es im­por­tan­te, pero que nunca te per­mi­tas des­can­sar va en contra de tu salud.

Un es­tu­dio lle­va­do a cabo por ra­dió­lo­gos re­ve­ló que sus diag­nós­ti­cos son más pre­ci­sos cuan­do ob­tie­nen pe­que­ñas re­com­pen­sas antes de ana­li­zar la his­to­ria clí­ni­ca del pa­cien­te.

Un es­tu­dio de Cor­nell re­ve­ló que las pe­que­ñas re­com­pen­sas au­men­tan la ge­ne­ro­si­dad, la ama­bi­li­dad y la fe­li­ci­dad de las per­so­nas, y las hace más pro­duc­ti­vas y pre­ci­sas la­bo­ral­men­te.

Las re­com­pen­sas ac­ti­van la vía ce­re­bral del pla­cer in­clu­so si son au­to-in­du­ci­das. Al­gu­nas re­com­pen­sas efec­ti­vas pue­den ser pe­que­ños de­ta­lles como dar un paseo por el pa­si­llo o co­mer­se un ten­tem­pié.

 

7.- Realiza ejercicio durante la semana laboral

Mover el cuerpo tan solo 10 minutos libera GABA, un neurotransmisor de efecto calmante que también limita la impulsividad.

Un estudio realizado por la Universidad de Bristol mostró que aquellos que hacían ejercicio en los días laborales alegaban mejoras en gestión temporal, humor y rendimiento.

Los beneficios del ejercicio son siempre superiores al tiempo que se pierde haciéndolo.

 

8.- No juzgues, ni condenes

Juz­gar a los demás y ha­blar mal de ellos se pa­re­ce mucho a co­mer­se un de­li­cio­so pos­tre: está muy bien mien­tras dura, pero des­pués te sientes cul­pa­ble y an­gus­tiado.

Cuan­do te sientas ten­ta­do a ha­blar de forma ne­ga­ti­va sobre los demás, pre­gún­tate si querrías que al­guien diga lo mismo de ti.

 

9.- Despeja el desorden

No es ne­ce­sa­rio que te re­cuer­de cuán­to tiem­po pasas en el tra­ba­jo. Écheale un buen vis­ta­zo a su es­pa­cio de tra­ba­jo.

De­be­rías crear un es­pa­cio pla­cen­te­ro y mo­ti­va­dor. Ya sea con la foto de la fa­mi­lia, una plan­ta o un pre­mio del que te sien­tas or­gu­llo­so, co­ló­calos bien a la vista para que puedas te­ner­los en mente.

Elimina la ba­su­ra y el des­or­den, estos no apor­tan nada po­si­ti­vo a tu es­ta­do men­tal.

 

10.- Sonríe y ríete más

Un es­tu­dio rea­li­za­do por la Uni­ver­si­dad de Mann­heim en Ale­ma­nia ha de­mos­tra­do que real­men­te se pueden ma­ni­pu­lar las emo­cio­nes cam­bian­do tu ex­pre­sión fa­cial.

No im­por­ta si la son­ri­sa es ge­nui­na por­que la ex­pre­sión fa­cial puede pro­vo­car el sen­ti­mien­to. Cuan­do te en­cuen­tres in­mer­so en una es­pi­ral de sen­ti­mien­tos ne­ga­ti­vos en el tra­ba­jo, re­lá­jate y son­ríe o mira un video di­ver­ti­do en You­Tu­be. Este im­pul­so al humor puede cam­biar­te el día por com­ple­to.

 

11.- Aléjate de las personas negativas

Las per­so­nas ne­ga­ti­vas y los que­ji­dos no son bue­nos por­que se re­vuel­can en sus pro­ble­mas y no se con­cen­tran en po­ner­les so­lu­ción. Quie­ren que los demás par­ti­ci­pen en su fies­ta de la com­pa­sión para que pue­dan sen­tir­se mejor.

En mu­chas oca­sio­nes, las per­so­nas se sien­ten pre­sio­na­das a es­cu­char los quejidos por­que no quie­ren pa­re­cer in­sen­si­bles o mal­edu­ca­das, pero la línea entre pres­tar un oído com­pren­si­vo y verte ab­sor­bi­do en una es­pi­ral de emo­cio­nes ne­ga­ti­vas es muy del­ga­da. Puedes evi­tar verte atraí­do sim­ple­men­te es­ta­ble­cien­do lí­mi­tes y dis­tan­cián­do­te cuan­do sea ne­ce­sa­rio.

Pién­sa­lo de este modo: ¿Si al­guien es­tu­vie­se fu­man­do, se sen­ta­ría con ella toda la tarde para in­ha­lar el humo vi­cia­do?

Te dis­tan­cia­rías y deberías hacer lo mismo con las per­so­nas ne­ga­ti­vas. Una forma fan­tás­ti­ca de es­ta­ble­cer lí­mi­tes es pre­gun­tar­les cómo pien­san so­lu­cio­nar sus pro­ble­mas. Esta persona op­ta­rá por el si­len­cio o por re­di­ri­gir la con­ver­sa­ción hacia una di­rec­ción más pro­duc­ti­va.

 

12.- Cultiva una actitud de agradecimiento

Es fa­ci­lí­si­mo verse atra­pa­do con algo que po­dría haber re­sul­ta­do di­fe­ren­te­ o que no salió como que­rías.

Al­gu­nas veces, la mejor forma de apar­tar esta ne­ga­ti­vi­dad de la mente es dar un paso atrás y con­tem­plar todo por lo que de­be­ría­s estar agra­de­ci­do.

Tómate un tiem­po para re­fle­xio­nar en lo bueno que tienes en tu vida, así me­jo­ras el humor y re­du­ces la pro­duc­ción de cor­ti­sol, la hor­mo­na del es­trés, en un 23%.

Una in­ves­ti­ga­ción lle­va­da a cabo en Davis, Uni­ver­si­dad de Ca­li­for­nia, mostró que aque­llos que se es­fuer­zan a dia­rio por cul­ti­var una ac­ti­tud de agra­de­ci­mien­to ex­pe­ri­men­tan me­jo­ras de humor, ener­gía y bie­nes­tar fí­si­co.

 

 

 

⇒ Con información de Insider y Soyentrepeneur

 

 

Denisse Espinoza