Pajitas vegetales para luchar contra el plástico

Preocupado por la salud ambiental, un emprendedor propone una solución contra el uso desmedido de los sorbetes plásticos. Su propuesta es biodegradable, barata, incluso se puede comer.


Su nombre es Tran Minh Tien… El vietnamita ha diseñado una pajita amigable con el medio ambiente, cuya materia prima proviene de una hierba prolífica en el delta de Mekong en Vietnam.

Es una planta perenne similar a la hierba que crece entre 40 y 200 cm de altura. Se propaga a través de semillas y se encuentra en áreas tropicales y subtropicales de Madagascar, sur de Asia, Australia y oeste del Pacífico. Alcanza una altura de 1,50 metros y usualmente se la puede encontrar en los bajos, así lo indicaron desde Ecoinventos.

En un inicio se pensó en utilizarlas en restaurantes, bares y cafeterías… Pero también surgió la idea de llevarlas al hogar porque se puede reutilizar enjuagándolas, secándolas y finalmente colocarlas en la heladera.

 

 

Las pajitas son totalmente biodegradables. Lo recomendable es que se desechen junto con los residuos orgánicos. Si acaban en un vertedero con residuos inorgánicos, dificulta su descomposición.


¿Cómo se hacen estas pajitas?

El primer paso, consiste en seleccionar los tallos huecos de la hierba. Luego se lavan y se cortan en trozos de 20 centímetros. Una vez realizados estos pasos, se limpia la cara interior con una varilla metálica.

Remarcan que la empresa tiene por norma aplicar otra ronda de lavado. Después del secado, se juntan las pajitas y se envuelven en hojas de plátano.

Hay dos presentaciones para el producto: una es la opción fresca, que puede perdurar hasta una semana a temperatura ambiente y la segunda es seca. Se coloca al sol durante dos o tres días y se hornean en el horno. Puede durar hasta seis meses a temperatura ambiente.

• Longitud: 18 cm. Según requerimientos del cliente puede llegar a 22 cm.
• Tamaño: diámetro interior 4,5 – 6,5 mm.
• Espesor: 0,5 – 0,8 mm.
• El precio de la modalidad seca está en 4,3 céntimos de dólar, mientras que una fresca cuesta unos 2,6 céntimos.

 

 

 

⇒ Con información de Info Campo, Onghutco y Ecoinventos

Denisse Espinoza