De niña, cada vez que tenía un problema mi madre solía decirme: “La risa es la mejor medicina”. Ese viejo adagio a veces me hacía sentir mejor. Pero ¿Cuál es la “mejor” medicina para sanar tanto el cuerpo como el alma?
Esta ciencia milenaria, es una herramienta poderosa que si se practica con seguridad y regularidad te ofrecerá muchos beneficios. Su gran potencial para cambiar estados de ánimo, y producir una significativa mejora de salud en quien lo practica.
Grande es el prestigio de aquel que por sus buenos móviles y actos pasa los días en abundancia de paz.
Meditar no significa liberarse de los pensamientos. La mente se aquieta cuando uno deja de alimentar esos pensamientos, al reconocerlos y dejarlos ir, cuando se contempla la respiración tal y como surge, cuando se contempla lo que acontece sin controlarlo y sin identificarse.
Hoy en día, la mayoría de las personas están obsesionadas con las calorías, leyendo las 'tantas' calorías que tiene un galleta, pendientes de las calorías que comen y las que deben quemar.
Tampoco los libros que hablan de esta ciencia milenaria, ni las filosofías orientales. Simplemente somos seres a los que no nos enseñaron a saber quiénes somos realmente y nos han mostrado un mundo que es exclusivamente externo, en el que se dan todos nuestros triunfos y pérdidas.